Historia de las medias (I)
Artículo original en el Blog de LADYWOMAN.
Desde el siglo XX hasta la actualidad, las
medias y los pantys se han constituido como un indudable símbolo de la
femineidad, haciendo de las piernas una de las partes más atractivas
del cuerpo de la mujer. Por eso, puede que nos cueste trabajo creer que las
medias no se originaron como parte de la vestimenta femenina, sino al
contrario, tuvieron sus inicios en la moda masculina, siendo los hombres los primeros
en usarlas en el siglo XV.
Detrás de esas primeras medias
de los hombres más pudientes de finales de la Edad Media, hay todo un recorrido
de prendas que fueron evolucionando, desde simples polainas de lana para
proteger del frío, y zapatos que se extendían hasta la rodilla, hasta
convertirse en una prenda completa, que cubría desde los pies hasta la cintura,
toda la parte inferior del cuerpo humano.
“Calceus” que en latín significa calzado
y que más adelante derivó en “calzas”, es el primer nombre con el que
conocemos a las medias y que fue dado por los romanos a un tipo de zapato con
correas finas que subían hasta la pantorrilla. Sin embargo, las primeras
pruebas de su utilización se remontan a tiempos aún más antiguos, y a culturas
diferentes.
![]() |
Escena de la Taberna de William Hogarth.
|
Las primeras pruebas
Aunque hay historiadores que defienden la
teoría de que las primeras medias y el tejido de malla se
originó en Egipto, la mayoría de las pruebas apuntan a que fueron los griegos
los inventores, al menos en la cultura occidental, de las medias.
No podemos definir con exactitud si cubrir las
piernas respondió únicamente a la necesidad de proteger una de las partes más
importantes, a la vez que vulnerables, del cuerpo humano, o si detrás de estas
primeras prendas hubo un intento por decorar o personalizar la estética del
atuendo. Quizás una pista para responder a esta incógnita la encontramos en la cultura
escita, que entre los años 600 y 250 A.C. utilizaban un calzado
con suelas de cuero que iba sujeto a unas medias blancas con
dibujos.
Esta raza nómada proveniente del actual Irán,
tuvo contacto con los griegos, y muy probablemente es en este punto que la
cultura occidental incorpora la costumbre de cubrir las piernas en invierno con
tejidos como la lana, confeccionados en género de punto.
De ahí en adelante los romanos se
encargaron de tomar las influencias griegas y bárbaras para adaptarlos a su
propia cultura y a sus propios usos. Todas las clases sociales, desde los
campesinos más humildes, hasta los soldados, gladiadores y el mismo emperador,
empiezan a utilizar polainas de lana para protegerse del clima
o cubrir heridas. Pero el aporte más importante que dejaron los romanos en la
historia de las medias es la invención del borceguí, un zapato
que más adelante sería bautizado como “calceus” y que consistía
en una sandalia de suela plana que se sujetaba con correas finas subiendo hasta
la pantorrilla. Era utilizado por senadores y las personas de mayor estatus en
la sociedad, por eso se le conocía como “calceus patricius”. Es
en este momento que las mujeres empiezan a tomar parte de esta historia, cuando
se crea la versión femenina de este calzado, el “calceolus”, un zapato más
ligero y elegante.
Edad Media
La llegada de la Edad Media no trajo consigo un
progreso muy grande en el desarrollo del calzado. La religión católica y el
espíritu oscurantista que tanto influenció esta época no nos permite hablar aún
de moda o de prendas que fueran visualmente atractivas. Sin embargo, la
utilización del calceus se extiende y se fusiona con las polainas de lana,
dando como resultado una pieza que protege tanto pies como piernas, lo que será
indudablemente un precursor de las medias.
En los primeros siglos, gracias a las labores
del campo y a las duras condiciones de vida, los hombres, por medidas de
higiene y para protegerse de heridas o del clima, acompañaban sus túnicas de
paño con las “bragas bárbaras”, una prenda de lino que cubría
desde la cintura hasta las piernas y que se sujetaban con cintas. Por encima de
estas bragas, se colocan polainas de tela que irán cosidas al calzado, formando
una sola prenda.
Pero fue la guerra santa, la de los cruzados,
la que detona un cambio en la vestimenta de los hombres y que de ahí en
adelante nadie va a poder parar: las túnicas se acortan con la finalidad de
adaptarse a los nuevos trajes militares de cota de malla y las piernas empiezan
a quedar cada vez más al descubierto. Los viajes al oriente traen la influencia
de los gustos por telas lujosas, coloridas y adornadas, que poco a poco se irán
introduciendo en occidente. Para el siglo XIV, las armaduras cambian y las
túnicas largas son sustituidas por unas aún más cortas. Las piernas quedan
protegidas por placas bajo las que se visten calzas de seda, lino o
terciopelo, de colores llamativos, que son llamadas “trusas”
en Francia. Las medias van a pasar de llegar a la rodilla, a situarse en
las caderas de los hombres.
![]() |
Representación de Walter el menesteroso antes de partir a la primera cruzada, de Eduard Ille. |
El siglo XV y el nacimiento de las medias
El siglo XV es el momento definitivo en el que
las medias van a quedarse en la indumentaria masculina. Nunca más los
hombres van a utilizar túnicas largas, a excepción de algunas profesiones que
así lo exigían. Las piernas por fin van a lucirse en su totalidad, cubiertas
por calzas ajustadas de monocolores llamativos, de rayas
o incluso cada pierna en un color diferente. Este siglo no solamente llega
revolucionando la moda masculina, sino que también marca la
diferenciación que perdurará a lo largo de muchos siglos, entre la ropa de los
hombres y las mujeres: las faldas quedan reservadas únicamente a las mujeres,
mientras que los hombres utilizarán medias-calzas que más
adelante desarrollarán nuevas variantes.
Como es de esperar, este cambio que dejaba tan
al descubierto la anatomía masculina, causa gran revuelo y es fuertemente
rechazado por el clero que lo catalogaba de inmoral. Pero este avance en
la moda no se detiene y cada vez va tomando más importancia en la cultura y en
la sociedad. Es gracias a las medias-calzas que se empieza a hablar de moda,
un término que hasta el momento no se conocía. Los hombres por primera vez
empiezan a disfrutar del poder adornar sus prendas: se elaboran
en todo tipo telas, terciopelo, lana, forradas de pieles, etc., y se decoran
con bordados o pedrería. Las calzas son hechas a mano, a la
medida y se combinan de camisas sobrias de jubón que le daban un punto de
equilibrio a los llamativos y caprichosos atuendos. A estas primeras prendas se
les conoce como “fondo plano”: eran una pieza entera que
se calzaba por los pies y que se cerraba con una bragueta.
Aún con todos estos cambios sucediéndose en la
moda, lo que llevaban las mujeres por debajo de las largas faldas sigue siendo
un misterio. Se puede especular que también usaban calzas completas como los
hombres, o calzas separadas sostenidas por ligas. Lo cierto es que muy poca
información se tiene al respecto, y faltaban todavía muchos siglos para que las
mujeres se convirtieran en las protagonistas de la historia de las medias.
Influencia Española
Con el descubrimiento del nuevo mundo
y la influencia del imperio español en la civilización
occidental, la elaboración de las calzas evoluciona y se va perfeccionando. Las
nuevas culturas descubiertas, los materiales y la riqueza permiten que las
nuevas prendas de seda que se confeccionen sean cada vez de mayor calidad, y se
hace una diferenciación por primera vez en las calzas de este tipo: de ahora en
adelante se le llamará medias únicamente a las calzas
de género de punto.
No se sabe con exactitud el porqué, pero en el
siglo XVI ocurre un fenómeno a la inversa de lo que el siglo XV trajo: la parte
inferior del cuerpo se empieza a tapar y la visibilidad de la media se reduce,
gracias a los nuevos calzones bragas bombacho que llegan a la
altura de la rodilla. Los hombres empiezan a cubrir más su figura con trajes
que van a marcar un nuevo estilo de vestir.
Aun así, la importancia que se le daba a las
medias no va a disminuir. En España se confeccionaban las mejores
medias de seda, de una calidad superior a las del resto de Europa, y
reservadas exclusivamente para los hombres y mujeres más adinerados. Tanto es
así que existe constancia de que el mismo rey Enrique VIII se
alegró por recibir unas medias españolas como regalo, y que, para la época, era
bien visto usarlas en las cortes y los palacios de toda Europa.
![]() |
Retrato del Rey Carlos IX, de Francois Chouet. |
Siglo XVII y la corte francesa
Para el siglo XVII, especialmente en la época
del reinado de Luis XIV, el auge de la moda
en la corte de Francia se hace notorio en toda Europa, y por supuesto, las
medias no quedan fuera, pasando a ser objetos de gran cuidado en la
vestimenta de los nobles y de la realeza. Los mosqueteros adoptan el uso de las
medias, pero las llevan como una prenda casi interior, por debajo de las largas
botas, y los cortesanos llevan medias bordadas acompañadas por calzones de seda
y casacas.
Los franceses se hacen con la patente
de fabricación exclusiva de las medias a través de una máquina
inventada por el inglés William Lee un siglo atrás, y cuyo diseño es robado de
los talleres ingleses por los súbditos de Luis XIV. Toda la producción manual
es sustituida por la mecánica y se abren escuelas para enseñar a nuevos
aprendices.
El gusto por los lazos, tejidos
adornados, encajes y pasamanerías aumenta, gracias a la industria
textil francesa que se encuentra en plena expansión y que hace llegar sus
productos a toda Europa, imponiendo un nuevo estilo que va a ir acompañado de
los famosos tacones para hombres. Otro aporte importante de esta época, es que
las mujeres empiezan a utilizar calzones y medias de liga de seda, decoradas
con encajes y pasamanerías. Aunque escondidas bajo las faldas,
este será el inicio de una larga tradición de coquetería femenina traducida en
prendas íntimas cuidadosamente adornadas.
La producción industrializada de las medias
La industrialización del siglo XVIII que
empieza por el campo textil, alcanza también la producción de medias. La
antigua máquina de Lee es perfeccionada por el inventor inglés Jedediah Strutt,
que desarrolló una máquina para confeccionar calcetines. Por todo el continente
europeo, especialmente en Inglaterra, España y Francia, se hacen avances en las
máquinas que fabrican calcetería. Aparecen nuevos tejidos,
sistemas para el tintado y telas estampadas. También se logra fabricar tul a
partir de máquinas de calcetería.
Con todo este desarrollo, la preocupación por
la moda y la apariencia externa incrementa, dando paso al período
rococó, fuertemente marcado por excesos de ornamentos, bordados,
encajes, pelucas altas y lencería fina de algodón. Los hombres siguen
utilizando medias de seda, sobre todo en colores claros, que se sujetaban con
ligas o cordoncillos atados bajo unos calzones de seda.
La época en la que reina María
Antonieta, los cortesanos van a vestir prendas de colores fuertes
y llamativos. Este es un período de especial cuidado de la ropa íntima
femenina. Debajo de las faldas que se elevaron unos centímetros por
encima del pie, gracias a alambres y los armazones, quedaron al descubierto
parte de las medias de liga adornadas con bordados combinados
con pedrería, y que solían ir combinadas con los trajes, de acuerdo a los
colores y moda del momento. Estas medias, llenas de encantos
femeninos llegaron a convertirse casi en un fetiche.
Tanta fue la pasión y el culto por la estética
y la moda en Francia, que se designó un ministro de la moda, encargado de
regular las normativas y las tendencias de la corte. Pero lamentablemente, todo
este desenfreno y derroche por la moda terminó con la muerte de la reina
francesa en la guillotina.
(Continúa en la segunda parte)
https://www.ladywoman.com/
![]() |
Retrato del príncipe coronado Frederick Louis de Wûrttemberg de Antoine Pesne. |
(Continúa en la segunda parte)
https://www.ladywoman.com/
Comentarios
Publicar un comentario